domingo, 2 de diciembre de 2012

Renacimiento
























Las ciénagas te engullen.    
Tu rostro boqueando sin aliento.
Los dedos alzados
en un intento imposible
por aferrarse al cielo.

Sin Esperanza,
ya muerto...
                            
Sientes en tus dedos
otros dedos
que tiran
de tus miembros,
y limpian tu rostro cubierto
de lodo reseco.             
          
No sabías lo brillante
que tras la niebla es el cielo;
ni que crecían
hermosas flores
en el estiércol.
Los fuegos fatuos
ya no te dan miedo,
les miras a los ojos
y te indican el camino de regreso.


G.Bocardo


3 comentarios:

  1. hermosa flor en el estiércol...

    ResponderEliminar
  2. Interesante, muy interesante... una mano inesperada que surge del lodo de la vida y te rescata de la ciénaga. Salud!
    (Pd.: Muchos no son conscientes de que mañana pueden estar muertos del mismo modo de que muchos no son conscientes de que que llevan muchos tiempo muertos)

    ResponderEliminar
  3. Gracias Anónimo, tu comentario también lo es. Una pena que no hayas dejado tu nombre, la vida es tan fugaz... en cualquier momento podríamos estar muertos.
    Un beso, Funambulus. Más duro aún reconocerse muerto, pero afortunadamente de la muerte en vida se puede renacer.

    ResponderEliminar