miércoles, 3 de febrero de 2016

Asesino

Algún día mi voz se desatará 
y mi sangre colmará el vaso de las buenas composturas. 
Y ya no habrá nudos de garganta
ni defectos de forma en mis principios
ni huellas sobre dunas móviles. 
No habrá diques 
ni compuertas
que aguanten el mar de dudas que me cabe en la punta de la lengua. 
Algún día 
reventaré 
y os pondré perdidos de poemas.

Daniel Buendía Martínez

Ciruelo Cabral

























Pugnan las palabras
por brotar de tu boca.

Se agolpan en tus labios
buscando el viento.

Ansían
             volar.

Pero tragas,
y se asfixian en tu garganta
consumidas por un aliento
que no enfría tu corazón
                                        gélido.

Agonizan entre estertores
sabiendo que la vida aguarda
tras los muros
de tus dientes.

Y agotadas
por la tortura
mueren,
en silencio.

Gema Bocardo ©

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